No todos los Peelings son iguales. Atendiendo a las características dermatológicas del paciente y a la intensidad y profundidad con la que queremos actuar, elegiremos entre uno u otro tipo de peeling. No es lo mismo un peeling para tratar un problema de acné que otro para rejuvenecer e hidratar el rostro. Además, hay otros aspectos a tener en cuenta a la hora de definir el tipo de peeling a realizar como son la edad, el tipo de piel, la propia historia clínica del paciente y lógicamente el resultado final que se quiere conseguir.

 

Dicho esto, podemos hacer varios tipos de clasificación; atendiendo al método utilizado (peelings físicos, mecánicos o químicos), atendiendo al objetivo del peeling (peelings para manchas, para acné, anti envejecimiento, de limpieza...) o atendiendo a la profundidad del mismo, clasificación esta que tomamos como la más idónea: 

 

* Peelings superficiales. Adecuado para eliminar arrugas finas, manchas o acné. Este tipo de peeling produce un ligero enrojecimiento que puede  durar unas horas.

 

* Peelings medios. Aumentamos la intensidad. Este tipo de peeling está indicado para eliminar arrugas superficiales, manchas extendidas y un acné en fase activa. El enrojecimiento en la zona es mayor que el anterior produciendo además una descamación más visible.

 

* Peelings profundos. El más agresivo de los propuestos. Su acción se encamina a la eliminación  de arrugas profundas, cicatrices de acné y manchas de alta pigmentación. Aquí nos encontramos con un resultado de enrojecimiento muy notable y una descamación que puede durar hasta diez días. Necesita seguimiento y cuidados propios por parte del paciente. 

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